Una vez vistos los excelentes resultados de la última y vomitiva muestra de la caspa nacional llamada Torrente 3: Misión en Marbella, uno no puede sino preguntarse si era necesaria una cuarta entrega con más de lo mismo pero corregido y aumentado. Quiero decir que si ya Santiago Segura se había hecho de oro con la tercera entrega, ¿por qué se ha metido en el fregado de rodar una cuarta entrega de la serie de películas más casposa del cine patrio?. La razón es sencilla: siempre existen los tres o cuatro gilipollas que le piden la realización de esta nueva secuela. Éstos se convierten en líderes de una masa acrítica dispuesta a tragarse todo lo que pasa ya sea por la pantalla grande o por la llamada, cada vez con más razón (al caso sobre todo de Telecinco me refiero), "caja tonta". Ya sabemos lo poco que le cuesta a Segura ponerse otra vez en la piel de orondo inspector Torrente. Lo peor del caso, con serlo, no es esto sino que en esta cuarta entrega van a aparecer personajes de la caspa nacional que con solo mencionarlos me producen arcadas. Éstos responden a los nombres de Belén Esteban (a quien una gran parte de esa misma masa acrítica mantiene en un altar, ¡ojo con meterse con ella!), la periodista Patiño, etc. ¿Qué hacen estos "personajes" que tienen poco de actores y sí de vividores de la "telebasura"? La cinta será, por desgracia, un inmenso éxito de taquilla por la suma del triunfo de la saga "torrentiana" con la presencia de esos dos "personajes" de la "telebasura" patria.
No era necesario, por lo que llevo dicho, el carísimo rodaje de esta cuarta entrega. El cine español, con las tres entregas anteriores de Torrente a las que hay que añadir cintas como Muertos de Risa, Spanish Movie, etc., ya está tan repleto de caspa como para añadir otra cuarta. Lo que si hace falta es cine de calidad, verdadero CINE en mayúsculas. Alzo mi copa para que se rueden más peliculas como Pájaros de papel, Trece Rosas, etc. y menos Torrentes aunque tengan menos respaldo de la taquilla.
